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Lesiones médula espinal en accidente de tráfico
De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que entre 250.000 y 500.000 personas sufren, anualmente, de lesiones en la médula espinal en todo el mundo.
Lo más paradójico del fenómeno, es que la mayoría de estas lesiones son prevenibles, en tanto que se presentan en actos de violencia, caídas y en accidente de tráfico.
Entendiendo las lesiones de la médula espinal
Las personas que han sufrido lesiones medulares, son bastante más propensas a morir prematuramente, que las que no las han padecido. Además, este tipo de lesiones repercuten, negativamente, en la escolarización y en la participación dentro del engranaje económico del lesionado.
El concepto de lesión medular se refiere a los daños sufridos en la médula espinal, como consecuencia de un traumatismo causado por un accidente de tráfico, de una enfermedad o de una patología degenerativa como el cáncer.
El 90 % de las lesiones de médula espinal, se deben a causas traumáticas. Los síntomas dependen de la gravedad de la lesión y de su precisa localización en la médula. Pueden incluir la pérdida total o parcial de la sensibilidad y/o del control motriz de los brazos o piernas e, incluso, de todo el cuerpo (cuadriplejia).
Sea que se produzcan en un “accidente moto”, de camión, de coche, de autobús y demás, las lesiones medulares más graves afectan a los sistemas de regulación del intestino, el ritmo cardíaco, la tensión arterial, la respiración y la vejiga. El dolor crónico es, infortunadamente, una constante en las personas con lesiones en la médula espinal.
En lo que tiene que ver, ahora, con el riesgo de mortalidad, tenemos que alcanza su nivel máximo pasado un año después de haber sufrido la lesión y, de paso, se mantiene elevando en comparación con el riesgo de la población general.
Ahora, el riesgo de mortalidad aumenta en función de la localización y la gravedad de la lesión, reiteramos, al tiempo que varía considerablemente, según se preste, o no, una atención médica oportuna y de buena calidad, por ejemplo, en clínica para accidente.
Otro factor (en el que tanto hemos insistido, en otras publicaciones) bastante importante a tener en consideración, es el método que se utilice para trasladar al hospital al accidentado que acaba de sufrir de una lesión medular.
Además, es imprescindible que, mientras llegan los servicios sanitarios al lugar del siniestro, los curiosos y, en general, todas las personas (no capacitadas) que pretendan ayudar, se abstengan de mover a los heridos.
Afecciones secundarias (prevenibles) en las lesiones medulares por accidente de tráfico
Entre las afecciones secundarias prevenibles, tenemos las infecciones causadas por úlceras de decúbito no tratadas o, deficientemente, tratadas.
Por fortuna, estas afecciones secundarias han dejado de ser causas importantes de muerte en las personas que sufren de lesiones medulares, sobre todo, en los países que cuentan con altos ingresos, en los que las secuelas accidente de tráfico, en general, tienen un menor impacto.
En otro orden de ideas pero en el mismo sentido, tenemos que las lesiones de médula ósea se asocian al riesgo de padecer algunas enfermedades secundarias, que pueden ser debilitantes e, incluso, fatales, como es el caso de las trombosis venosas profundas, la osteoporosis, los espasmos musculares, las infecciones del tracto urinario, las úlceras de decúbito y ciertas complicaciones respiratorias.
La calidad de los procesos de rehabilitación lesionados accidente, es muy importante en pacientes agudos, al tiempo que el mantenimiento de un buen estado de salud es esencial para la prevención y el tratamiento de estas afecciones.
Las lesiones medulares pueden conducir al paciente a una dependencia total de sus cuidadores. En muchos países, se puede observar la ausencia de diversas tecnologías asistenciales que facilitan la movilidad, la comunicación, las actividades domésticas y la auto-asistencia.
Desde el punto de vista psicológico, se calcula que alrededor del 25 % de las personas que padecen de lesión medular, sufren de cuadros depresivos complejos lo que, a su vez, repercute drásticamente en el funcionamiento personal-general y, también, es su estado de salud general.
Superando los obstáculos y todo tipo de dificultades.
Muchas de estas personas son excluidas, debido a falsas (y hasta ridículas) creencias, a las actitudes negativas y a las barreras físicas que se ven en muchas de las ciudades de los países en vía de desarrollo, que obstaculizan, injustamente, la movilidad básica.
Esta exclusión no les permite ser incorporados al sistema educativo (los niños con lesión en la médula espinal, tardan mucho más en ser escolarizados que los demás), al cabo que, una vez incorporados, encuentran serias dificultades para avanzar en él.
En lo que respecta a los adultos que padecen de una lesión en la médula espinal y que, además, presentan una situación de discapacidad aguda, por no haber asistido, por ejemplo, a centros de fisioterapia de calidad, se suelen enfrentar a todo tipo de obstáculos para participar, activamente, en la vida económica.
A este respecto, tenemos que se calcula que cerca del 60 % de los adultos que padecen de esta lesión, son desempleados.
Otro de los inconvenientes graves (sobre todo en los países con bajos ingresos), es el tema de los costes. Estos son, generalmente, altos, al tiempo que dependen de la localización y la gravedad de la lesión misma.
Así, por ejemplo, las lesiones ubicadas en las partes superiores de la médula espinal, suponen costes más elevados, al tiempo que son causantes de tetraplejia, en vez de paraplejia.
Ahora, es claro que, en la actualidad, existen intervenciones eficaces para prevenir algunas de las causas más importantes. Tal es el caso, por ejemplo, de la inversión pública en la mejora de la infraestructura de calles y carreteras, en la educación vial de las personas y, además, en el mejoramiento de la calidad de los vehículos automotores, mediante los cuales, se verifican todos los accidentes de tráfico.
Mejorar las condiciones de la semaforización, los controles a conductores (y a los mismos vehículos automotores) por parte de personal oficial bien capacitado y algunas tecnologías de última generación, que impiden que un vehículo encienda ante la presencia de un conductor en estado de embriaguez, son otros métodos eficaces para prevenir secuelas accidente de tráfico como lo son las lesiones de médula espinal.