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Clases de lesiones y niveles de gravedad de accidentes de tráfico. Cabeza, cuello, rostro.
Dependiendo de los tipos de accidente tráfico,las diferentes clases de lesiones y niveles de gravedad de las mismas, que se pueden presentar durante un siniestro, es enorme. Sin embargo, es claro que, usualmente, las partes del cuerpo más afectadas son la cabeza, el cuello, la cara y las cuatro extremidades.
Empezando por el cuello, para aclarar que no solo se trata del famoso “latigazo”
Si bien es cierto que el famoso latigazo cervical es la lesión más común durante los accidentes de tráfico, también es verdad que en el cuello pueden aparecer otra serie de lesiones diferentes, a las que iremos haciendo alusión desde este mismo momento.
De todas maneras y dada su recurrencia, empecemos por hablar del latigazo, para iniciar diciendo que “después del accidente” e, incluso, cuando han pasado varias semanas y el dolor no disminuye, pueden haber anomalías neurológicas de origen cervical.
En tal virtud, es necesario practicar exámenes físicos que abarquen la amplitud de movimiento y del dolor, durante movimientos de flexión y extensión, flexión lateral y rotación.
Este examen físico también puede manifestar dolor y/o espasmos en los músculos paravertebrales del cuello. Ahora, las limitaciones o el dolor asociado al movimiento de rotación, pueden reflejar la presencia de alguna patología post-traumática en las articulaciones de las vértebras cervicales C1-C2.
Ello, por cuanto la mayor parte de la rotación del cuello, deriva del movimiento de estas dos articulaciones mencionadas. Mediante unas sencillas radiografías de estas vértebras cervicales, incluyendo vistas abiertas de C1-C2, y oblicuas que permitan observar la foramina neural invertebral, se puede demostrar que hay un traumatismo serio o, bien, secuelas accidente de tráfico.
Tan serio, que podría ir mucho más allá del latigazo mismo. Ahora, una tomografía computada puede ser de utilidad, cuando las radiografías planas no son adecuadas para encontrar lesiones.
De otro lado pero en el mismo orden de ideas, digamos que la Imagen por Resonancia Magnética (IRM), aunque limitada, suele ser bastante útil para detectar la causa de un síndrome neurológico post-traumático, como podría ser el caso de la compresión de un nervio.
Los posibles tratamientos de estas lesiones que, reiteramos, van más allá de un “simple” latigazo cervical, los vemos en terapias conservadoras, como es el caso del uso de collarines cervicales para uso vespertino/nocturno, así como de la utilización de almohadas ergonómicas.
En lo que respecta a la asistencia a los centros de fisioterapia, digamos que es posible encontrar terapia física, incluyendo aplicación local de calor, modalidades de ultrasonido y masajes.
Sin embargo, la tracción interrumpida que se puede practicar en casa, suele ser la mejor de las terapias, al tiempo que está contraindicada en eventos excepcionales, como es el caso de las subluxaciones importantes.
Es posible, además, encontrar otros artefactos en el mercado, que se colocan sobre las puertas con pesos hidráulicos, al tiempo que son de coste moderado y fáciles de usar.
De otro lado pero en el mismo sentido, digamos que el cuello se puede ver afectado, además, por incisiones (cortadas), raspaduras, quemaduras y otras heridas de menor consideración pero que, de todas maneras, deben ser analizadas en una clínica para accidente.
Ahora, cuando se trata de heridas en el cuello por perforaciones (usualmente, mediante algunas partes metálicas más delgadas de los vehículos), el asunto se complica, por cuanto podrían estar comprometidas arterias vitales, las partes superiores de la laringe y la faringe y la columna vertebral misma.
Las lesiones en la cabeza durante un accidente de tráfico
En otra publicación, tuvimos la oportunidad de hacer una detallada referencia al Trauma Cráneo-encefálico, como la lesión más grave que se puede sufrir en la cabeza, sobre todo, cuando están comprometidos la masa encefálica y otros tejidos (como las meninges, por ejemplo).
Decíamos, también, que para evitar secuelas accidente de tráfico, es muy importante que no se mueva al accidentado mientras llegan los servicios sanitarios respectivos.
Hicimos mención, también, que las modalidades de perforación y aplastamiento del cráneo, son las lesiones más graves que se pueden presentar en la cabeza, con pocas posibilidades de supervivencia.
Sin embargo, también es importante prestar una atención necesaria y suficiente a otras posibles lesiones en la cabeza, como lo son los cortes del cuero cabelludo, las raspaduras y las quemaduras en el mismo, con vistas a prevenir dos problemas, fundamentalmente.
De un lado, la presencia de posibles infecciones y, de otra parte, la presencia de posibles alopecias definitivas y localizadas, cuando las raspaduras y/o las quemaduras han destruido el cuero cabelludo, hasta el punto de atrofiar los folículos pilosos del área respectiva de la cabeza.
Dentro del proceso de rehabilitación lesionados accidente, hay programas específicos para tratar las quemaduras y las raspaduras, sobre todo, cuando han sido severas y, de paso, han ocasionado alopecias localizadas.
Considerando que las orejas hacen parte de la cabeza, más que de la cara, digamos que estas estructuras también se pueden ver afectadas, particularmente, en un “accidente moto” en el que conductor y/o pasajero no contaban con el dispositivo protector. En ciertas ocasiones, será suficiente con la cirugía plástica, para deshacer las posibles secuelas.
En otras condiciones, será preciso recurrir a la cirugía reconstructiva. Normalmente, cuando se habla de accidente de tráfico, poco se habla de las orejas. Sin embargo, no son pocos los casos en los que estas estructuras se ven afectadas, dejando secuelas estéticas bastante desagradables e impactantes en el ámbito psicológico del paciente.
Las lesiones más comunes en la cara durante los accidentes de tráfico.
En la cara se pueden presentar Fracturas del Tercio Superior (confluente cráneo-facial), que pueden ser simples. En esta región, se presentan, usualmente, como hundimientos óseos o asimetrías, acompañados de edemas y equimosis. Escasamente, se presentan alteraciones funcionales olfatorias u oftalmológicas.
Cuando, en cambio, las fracturas son complejas, conllevan traumatismos craneanos y faciales (combinados), con un importante riesgo para la vida del paciente. Se presentan en los tipos de accidente tráfico más violentos.
Se puede observar compromiso de consciencia, equimosis facial periorbitario (alrededor de los ojos), edemas importantes, hemorragias sub-cunjuntivales, aplanamiento facial, rinorrea, epistaxis, asimetrías óseas y lesiones oculares graves.
En lo que respecta, esta vez, a las Fracturas del Tercio Medio, en las que están comprometidos los maxilares y los malares, tenemos que las fracturas menos complejas de este tercio son las del hueso malar o cigomático (con o sin compromiso del piso de la órbita del ojo, de la maxila, de la arcada dentaria superior y del arco cigomático).
En lo atinente a las Fracturas del Tercio Inferior, donde están ubicados los maxilares y los malares, digamos que suelen estar acompañadas de discretos edemas, de disoclusión, de retrusión maxilar, de aflojamiento dental, hundimiento del pómulo y del bloqueo de la apertura bucal.